Si uno está en
circunstancias normales y su salud es normal, la fiesta es un acto
que nos suele animar y que nos atrae. La fiesta, como todo, tiene algo
detrás.
Yo, desde mi punto de vista de Técnico Agrícola, he
caminado mucho por diferentes cultivos y todavía no he observado
ningún árbol, hortaliza o bulbo del que emanen fiestas.
Lo que
infiriendo de un modo sencillo nos damos cuenta de que para celebrar
una fiesta debe haber alguien que lo organice.
La tarea de organizar una
fiesta o cualquier evento, suele ser un acto que provoca rechazo en
la sociedad. Claro está que dependiendo de la fiesta, el nivel de
complicación y de responsabilidad no es el mismo.El que lo hace,
normalmente sabe en qué se mete y los peligros y complicaciones que
conlleva
por ello estás personas merecen nuestro aprecio.
Desde el punto de vista
del participante en la fiesta, es muy cómodo acudir y que esté todo
organizado. Luego, por supuesto, el haber pagado te da total derecho
para criticar la fiesta e incluso si es menester a la persona
organizadora.
Cuando la actitud del
párrafo anterior se radicaliza, nos encontramos con una conducta
infecciosa que es la culpable de que pocas personas tengan agallas de
meterse en el fregado de organizar cualquier evento.
Una fiesta es un acto
alegre que se hace en pos de pasar un buen rato, por ello, debemos
eliminar los disgustos y pesambres cuando uno acude, debe ir con la
idea de pasarlo bien para que la fiesta sea un éxito.
Pero para que
esto suceda debemos colaborar todos.
Como ya he dicho, organizar una fiesta es un “paquete”. Por ello en la medida de lo
posible deberemos colaborar.
Diferentes son las maneras que hay de
arrimar el hombro, desde la manera más básica que es colaborar en
si la organización. En este punto hay que hacer un pequeña
diferenciación, no es lo mismo organizar una fiesta para 3000
personas donde está claro que no todos pueden participar
directamente ya que el descontrol que se crearía sería abismal. Pero
en cuando es una pequeña fiesta como puede ser un cumpleaños donde
en la medida de lo posible si debemos ayudar todos.
A todos nos
gusta estar en casa haciendo tontascas, pero también nos gusta festejar
y si somos todos unos comodones no vamos a ningún lado.
Si
ciertamente
las circunstancias no nos permiten colaborar, por lo menos, debemos de
facilitar las cosas y no poner pegas inútiles y dificultar la tarea del
encargado de la fiesta.
Para concluir, quisiera
dar una serie de pautas finales a modo de conclusión para que todo
salgar a pedir de boca:
-Cuando vayas a una
fiesta piensa en disfrutar y no en buscar resquicios en la
organización para poder criticar, la perfección no existe y siempre
va a haber pegas.
-Intenta en lo posible
ayudar al organizador.
-Si organizas hazlo con
conciencia y no para buscar tu bien propio
El consejo para esta semana es : Hay que hacer lo
que hay que hacer.
Y al igual que en otras semanas dar las gracias a
Elena Rodríguez Pérez por su colaboración e invitar a todo aquel
que tenga un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo
haga saber.