Como ejemplo para indicar que algo se encuentra
en abundancia utilizo medidas no regladas como el capazo, por lo que ciertas
personas me tachan de gracioso, pues señores míos, ¡Se me escapa al entender.
El capazo es una unidad de medida igual de
respetable, tal vez, lo que suceda es que la gente está ensimismada
en la seriedad y que cualquier cosa que se salga un poco de los cánones
habituales les despierta una sonrisa
Analógicamente a esto caigo en
que eso puede ser la razón de que pocas cosas me resulten realmente
graciosas, es lo que tiene estar familiarizado con el disparate.
Como
suele pasar con las mayoría de las virtudes es difícil de
cuantificar. ¿Qué tiene que hacer una persona para ser gracioso?
Luego, cada uno tiene un tipo de humor diferente, así que si era poco
difícil realizar la clasificación ahora aumenta la diversión. Lo
que a uno le resulta gracioso a otro le puede resultar una tontuna
máxima , luego el tema del humor nos presenta un bonito abanico de
posibilidades, que si humor infantil, humor negro... Bueno, tontás al fin y al cabo.
Así analizando mis
pensamientos llego a una idea de curiosidad media, el ser gracioso es
una arma de doble filo y necesita de cierta
habilidad para no ir a diestro y siniestro realizando gracietas, ya
que la metedura de pata se puede convertir en un habitual y la
etiqueta despectiva de payaso se podrá colocar con excesiva
facilidad.
Señores, varíen sus costumbres y abrácense de vez en cuando al cachondeo.
El consejo de la semana
es : Conciencia social
Agradecer
su colaboración a Elena Rodríguez Pérez. Hasta el próximo martes.