miércoles, 29 de julio de 2015

SOBRAN PRINCESAS

El género femenino hace ya años cuando la agricultura y la vida rural era lo predominante éstas llevaban una vida de gran dureza  y sacrificio, con el  paso del tiempo esta vida fue cambiando y apareció en la mente de estas mujeres que sus hijas se merecían algo mejor, y así década tras década hasta llegar donde estamos hoy día, donde se nos ha ido de las manos un poco la situación.
Si está claro que una niñita con su vestidito y su lazo en la cabeza es un primor pero una cosa es que la vista como una princesa y otra cosa es que la eduques como una gilipollas. Hay muchachas que no las saques de los cuatro textos obligatorios en el instituto y del catálogo del Stradivarius, porque si no la pesambre será mayúscula. El pijerismo y sobre protección de sus padres, han convertido a sus princesas muchas veces en seres inútiles. No quiero decir que tengamos que volver años atrás y que se tenga que dedicar todo el día a un duro trabajo en el campo, no malinterpreten mis palabras.
Para que está el padre de la niña para que la zangalitrona no se mueva ni un pelo no vaya a ser que se hernie. “Papi llévame a….”, “Papi cómprame…”. Fábricas de inutilidades con ojos, En un mundo como el que se nos muestra ante nuestros ojos donde las mujeres cada vez tienen más peso en las empresas, donde la figura de la mujer independiente se hace cada vez más palpable, nos encontramos con una cantera que da miedo, por no decir asco.
No sé si Disney y su fábrica de princesas serán las culpables del objetivo de muchas niñatas de tres al cuarto donde conseguir un rico y vivir como se diría vulgarmente todo el día tocándose la seta a expensas de su adinerado esposo es su ideal de vida perfecta.
No digo que las muchachas deban de arreglar lavadores y frigoríficos con los ojos cerrados, con que no sean unas inútiles y aprecien el trabajo y el dinero me vale; que el futuro que se nos presenta tiene un color cuervo muy preocupante.

Como conclusión educa no maleduques, y si queréis que haga un símil con los “príncipes” me echáis una voz.





Conduce con moderación.









Dar las gracias a Sandra Hidalgo y a Carmen Yanguas por su colaboración. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también.  Nos vemos el próximo martes

martes, 21 de julio de 2015

CANCIONES Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Tenemos el vicio de poner líneas delimitadoras a todo, 5 aprobado, 4’99 suspenso; en autovía 120 km/h velocidad permitida, 121 km/h velocidad no permitida. El problema de todo esto nos lo encontramos en situaciones donde la escala numérica no es tan visible, es entonces cuando el menos común de los sentidos debe hacer su actuación estrella.
Este tema podría ser comentado desde diferentes ópticas en nuestro caso nos centraremos en el respeto hacia la mujer y en la violencia  machista, ya si el tema os excita sobremanera y queréis que le meta otro enfoque me echáis una voz.
Si ojeamos el retrovisor de nuestra vida podemos ver como en la época de los 90 no era de extrañar que se hiciesen bromazos sobre el machismo y demás, bromazos que hoy en día sería imposible que fuesen emitidos en televisión sin recibir aluviones de críticas. Yo soy de aún vivir un poco en el pasado y hacer bromas con ciertos temas porque el humor en parte, debe servir para educar y no se lo puede tomar la gente al pie de la regla, saber dónde acaba la broma y donde empieza la realidad. Hay gente que esa separación no la acaban de ver y se piensan que todo es lo mismo, entre eso y quien es más papista que el papa y no se la tocan  ni para mear, veo lógico que ciertas bromas y demás en espacios televisivos y de gran afluencia dejen de existir.
El humor es humor y se sabe la intención que lleva, ¿pero y las canciones? Estos temas musicales huelen menos a rancio que el humor antes mencionado por eso en parte reciben menos críticas, pero todos sabemos que ciertos hits musicales de los de hoy en día si hay de algo que no carecen sus letras son de dureza y de machismo. Que si no hay tomarse las cosas tal como suenan que es en pro de búsqueda de sonoridad, que si patatín que si patatán. Por desgracia las modas le hacen tener a mucha gente doble moral.
Volviendo al principio ¿Dónde colocamos una frontera certera entre el machismo y el más gusto y lo aceptable? ¿A partir de cuándo es apología del machismo?
 Este un tema muy conflictivo ya que trata un tema tan delicado como la violencia machista, por ello espero que la conclusión aclare algo: Lo que importa son los actos no la música ni los chistes.






Practica una miaja de deporte.










Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración y a Joaquín Alonso. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también.  Nos vemos el próximo martes.  

martes, 14 de julio de 2015

DJ URBANO

Quizás para alguno de mis queridos lechones, dada su juventud, mis referencias televisivas sean inexistentes en su memoria, pero en los noventa en ciertas series de televisión era bastante frecuente encontrar a una persona de color negro con un “loro” en el hombro.

La moda es cíclica, y tipos de pantalones que tuvieron su momento álgido hace veinte años, ahora por caprichos del destino vuelven a nuestros días y con más fuerza.

Hoy, no sé si será alguna de las nuevas y absurdas modas que los jóvenes se sacan del bolsillo y que el gen de la imbecilidad expande a ritmos insospechados, pero la cosa es que cada vez es más frecuente encontrarte a personas por la calle y por diferentes medios de trasporte, con la música puesta en el móvil a un volumen suficiente para poder alegrar la triste vida al resto de la población. Claro está, nuestra existencia es monótona e insustancial, y necesitamos cuanto antes que alguien nos alegre el día añadiéndole un poco de B.S.O.

El respeto no se vende en las plazas de abastos desde hace tiempo y, claro, es normal que cada vez la gente carezca más de él. Tal vez yo esté loco, no lo pongo en tela de juicio, pero eso de ir con el móvil a todo volumen por todos lados, yo como gurú no lo veo bien. Y no digo que no escuches música, alma de cántaro, pero hay un invento que sacaron ayer tarde que lo enchufas al móvil, te lo pones en las orejas y escuchas tú solo la música. Es una cosa súper revolucionaria. Porque, por supuesto, los elementos antes mencionados no permiten llevar la música a un nivel bajo. ¿Estamos locos? En ese caso necesitarías acercarte a menos de doscientos metros para oírla.

Algún alma rebelde podría excusarse diciendo que en los bares y tiendas muchas veces hay hilo musical, a lo que yo respondo que qué tendrán que ver los huevos para comer trigo. Hay una diferencia bastante grande entre una cosa y otra. Y ya no solo en el volumen y las formas, sino en el hecho de que yo puedo elegir entrar a un establecimiento u otro, pero no puedo elegir quien vive en mi ciudad. Por eso llamo al civismo.

Yo creo que un poco de civismo de vez en cuando no hace mal, e ir dando tormento con la música a todo meter en el dispositivo móvil no es lo más elegante. Sé que algún lector reticente a mis textos sacará pegas y pondrá escusas pero lo cierto y verdad es que en el fondo de su corazón sabe que tengo razón.
Como conclusión: respeta a los demás y da el tormento justo.








Consejo de la semana:
Malmeter un poco menos. 









 Dar las gracias a Carmen Yanguas por su colaboración y a Marcos López. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también.  Nos vemos el próximo martes. 


martes, 7 de julio de 2015

PAR


Si yo os dijese que os vendo un ático súper chulo con el que vais a ligar más y todo, aunque en su interior no podréis vivir bien, puede producir mareos y es posible que tenga goteras. ¿Qué me respondéis?... Cuánta doble moral veo por aquí.

El señor Constantino Romero y compañía se empeñan en hacer hincapié en la importancia que tiene tener un colchón de calidad, ya que pasamos una parte importante del día sobre él. Pero a pocos veo mencionando la importancia de llevar un calzado de calidad. Claro, como estamos en plena evolución de la especie el tema del calzado aún no está expandido del todo. El pie descalzo se sigue imponiendo.

Creo que alguna vez he comentado ya lo fan que soy de esas muchachas  con más tacones que dignidad que parecen concursantes de algún programa de la televisión china. Las peripecias y el ridículo que tienen que hacer para no besar el suelo solo puede ser obra de algún brillante productor asiático. Otro grupo de muchachas que también llena mi corazón de gozo son las que llevan dos pares de zapatos, unos en el bolso y otros puestos.

Claro está: no es lo mismo un calzado para hacer running que uno para salir de fiesta. Eso sí, el calzado debe ser de calidad y lo más cómodo posible. Y para ello un material bueno siempre es una elección inteligente. Que es más caro, por supuesto, pero a la larga sale más barato. Si te tienes que tomar un par de cubatas menos, no pasa nada.

Como conclusión decir que al igual que al principio me habéis respondido que no os compraríais una casa elegante donde no podéis vivir,  no deberíais compraros unos zapatos simplemente porque sean muy bonitos si no van a dejaros andar. Su material de baja calidad no os va a hacer ningún bien.






Simpatía 








Dar las gracias a Carmen Yanguas Rodríguez por su colaboración. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también.  Nos vemos el próximo martes.