Ya se han perdido las buenas costumbres, ahora la chiquilleria
pierde los aires erróneamente por jovenzuelos, la mayoría de ellos de cabellos
rubios con pinta de modernillos que suelen trasmitir su mensaje sonoro en
lengua extranjera. 2?¿Donde ha quedado ese señor que no necesitaba gran alarde de
medios, apenas un laúd o similar le bastaba?, ¿dónde ha quedado la gran virtud
de entretener a la par que informar?, que toda una comarca conozca tus coplas
sobre las últimas andanzas del bueno De Vivar, eso sí que tenía mérito y no
ahora, donde le sueltas una buena panoja a un director de radio, y enga dale
que te dale la canción.
La gente tienen la manía de pensar que el mundo siempre ha sido
así, claro como cuando ellos nacieron ya estaba todo el chiringuito montado.
Pues es mucho lo que le debemos a los señores juglares. La canción es una forma
de cultura que en medievo -carente de esta- llenaba las vidas del pueblo llano
de algo más que preocupaciones.
Hoy en día ser un juglar como tal es tarea ardua, y no porque las
vestimentas que los diferentes libros nos han retratado, -las mallas en los
hombres por desgracia ya no son novedad- si no por que la sociedad ha cambiado.
Las fuentes de cultura son otras y están rebosantes , en parte porque pocos las consumen.
El cantar de juglaría nos puso en un camino musical la mar de interesante,
que es la tradición oral. Algo que mucha gente cuando se produce en su comarca
le causa repugnancia, pero cuando escucha un coro afro cantar una canción típica
de la recolección de algodón se le pone los pelos como escarpias, pero así es
la gente.
Mastica
Dar las gracias a Roció Rodríguez por su colaboración. No sed
tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo viernes.