Pues tibio gusto da cuando uno va por la calle
y ve unos pies con mugre de una semana y unos uñates que he visto en mi vida
mejillones mas pequeños.
No sabemos bien si por frío, vergüenza o
costumbre, pero los hombres del norte de Europa son muy dados a acompañar las
sandalias con unos bonitos calcetines blancos, no seré yo el que diga si eso
esta bien o no, me limitaré a decir que es bonito.
Las sandalias son también una seña
inconfundible de escasez en lo que se dice higiene. Cuando miras hacia el suelo
y ves moverse un puñado de polvo dirigiéndose hacia tu persona, y conforme se
acerca esa marabunta de polvo observas que debajo de todo hay unos pies. La
sensación que entra en el cuerpo es indescriptible-
La sandalia un calzado ha priori sencillo y a
temporal donde observamos innovaciones conforme van pasando los años. Tibio día
más bien echado echo su inventor, poco contenta se pondría su señora esposa
cuando este llegase a su casa y mostrase el invento.
La sandalia tiene una cosa bonita a destacar
es que normalmente es de limpieza fácil, un mísero paño con una gótica de agua,
se lo pasa uno por encima de las sandalias y están se quedan como si nada. Otra
cosa no, pero estas cosas son de agradecer.
La sandalia al igual que la zapatilla de estar
por casa han contribuido fuertemente a sacar este país adelante, facilitando la
educación, mucho le debemos a esto calzado ya que la instrucción en el camino
recto no es moco de pavo.
En definitiva la sandalia mola.
No refunfuñes
.
Nos vemos la próxima semana.
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