Dado que mis últimas circunstancias han cambiado considerablemente, me muevo con mayor frecuencia por diferentes zonas
habilitadas para el desarrollo del intelecto
y en pro del aprendizaje.
Toda persona que ha
realizado estudios superiores o está al tanto de lo que acontece alrededor de
éste mundo sabrá que se están atravesando ciertos días convulsos, la época de
exámenes, siempre tan temida, se encuentra desatando toda su furia incompasiva sobre los
lomos de los estudiantes.
Ahora es cuando nuestro cerebro demuestra su verdadera valía
y nos hace una pequeña demostración de lo que es capaz.
Pese a que lo pasemos
mal, al igual que sucede con otra parte del cuerpo, cuando es entrenada
debidamente aumenta su efectividad y calidad.
Pero cuando uno pasea por diferentes bibliotecas se da
cuenta de que a todo este esfuerzo en busca de algo positivo, le merodean una
serie de factores enormemente negativos y perjudiciales.
Se produce una lucha
encarnizada contra el sueño,( el descanso vital de nuestro cuerpo “nos la trae
al pairo”), tenemos una batalla y hay que ganarla sea como sea.
Los cafés se cuentan a cientos y ciertas salas de estudio
tienen ya un aroma más próximo a una cafetería que a cualquier otro lado
relacionado con el estudio.
Al igual que aumenta
exponencialmente el consumo de bebidas estimulantes disminuye el consumo de
alimentos verdaderamente sanos.
El estrés, las prisas y demás, decantan a los sufridores
estudiantes por una alimentación basada en la escasez y en la comida
rápida, factores que unidos todos son
una bomba de relojería para nuestro organismo.
Antes de acabar quería comentar ciertos hábitos ya típicos
en personas que tienen que pasar bastante tiempo sentadas. Cuando unos lleva
cierta cantidad de horas frente a la mesa, el cansancio hace mella y fuerza a
nuestro cuerpo a adoptar extrañas posturas
de las que nuestra espalda dará buena cuenta con aparición de dolor en días posteriores.
Por último, quisiera acabar hablando a cerca de una serie de
personas, las cuales me despiertan gran simpatía. Todos aquellos que, tras
estar hartos de estar sentados en una silla en la biblioteca, la abandonany se sientan en la puerta en el suelo y siguen
estudiando.
Bueno señores, mucha calma, cuídense, cómanme bien y cuiden
su cuerpo; no es menester tanto estrés.
Lo dicho, ¡Ánimo y fuerza! que en menos de que nos demos cuenta, estaremos otra vez
liados con los de junio.
El consejo para esta semana es: Piensa dos veces
Quisiera dar las gracias por su colaboración a Elena
Rodríguez Pérez. Y al igual que en otras semanas invitar a todo aquel que tenga
un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo haga saber.