El
género femenino hace ya años cuando la agricultura y la vida rural era lo
predominante éstas llevaban una vida de gran dureza y sacrificio,
con el paso del tiempo esta vida fue cambiando y apareció en la
mente de estas mujeres que sus hijas se merecían algo mejor, y así década tras
década hasta llegar donde estamos hoy día, donde se nos ha ido de las manos un
poco la situación.
Si
está claro que una niñita con su vestidito y su lazo en la cabeza es un primor
pero una cosa es que la vista como una princesa y otra cosa es que la eduques
como una gilipollas. Hay muchachas que no las saques de los cuatro textos
obligatorios en el instituto y del catálogo del Stradivarius, porque si no la
pesambre será mayúscula. El pijerismo y sobre protección de sus padres, han
convertido a sus princesas muchas veces en seres inútiles. No quiero decir que
tengamos que volver años atrás y que se tenga que dedicar todo el día a un duro
trabajo en el campo, no malinterpreten mis palabras.
Para
que está el padre de la niña para que la zangalitrona no se mueva ni un pelo no
vaya a ser que se hernie. “Papi llévame a….”, “Papi cómprame…”. Fábricas de
inutilidades con ojos, En un mundo como el que se nos muestra ante nuestros
ojos donde las mujeres cada vez tienen más peso en las empresas, donde la figura
de la mujer independiente se hace cada vez más palpable, nos encontramos con
una cantera que da miedo, por no decir asco.
No
sé si Disney y su fábrica de princesas serán las culpables del objetivo de
muchas niñatas de tres al cuarto donde conseguir un rico y vivir como se diría
vulgarmente todo el día tocándose la seta a expensas de su adinerado esposo es
su ideal de vida perfecta.
No
digo que las muchachas deban de arreglar lavadores y frigoríficos con los ojos
cerrados, con que no sean unas inútiles y aprecien el trabajo y el dinero me
vale; que el futuro que se nos presenta tiene un color cuervo muy preocupante.
Como
conclusión educa no maleduques, y si queréis que haga un símil con los
“príncipes” me echáis una voz.
Conduce con moderación.
Dar las gracias a Sandra
Hidalgo y a Carmen Yanguas por su colaboración. No sed tontos y proponed algún
tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes