Desde pequeños estamos acostumbrados a aprender
una serie de conceptos que los asimilamos con facilidad y nos sirven de guía
para nuestra forma diaria de actuar. La disyuntiva del caso, sucede cuando
dichos conceptos son sometidos a tela de juicio. Es en estos casos cuando nos
damos cuenta que aquello que teníamos asumido como una verdad absoluta en
realidad no lo es. Y dado que el camino se hace andando, que mejor que un
ejemplo para demostrarlo. Todos creemos saber lo que es la maldad, ¿pero en
realidad lo sabemos?, ¿Tenemos algún método exhaustivo para saberlo?
A la hora de emitir un juicio sobre el
comportamiento de una persona, normalmente este suele estar contaminado por
unos factores externos que nos pueden llevar a un juicio poco fidedigno. Unos
de los aspectos que suele confundir es la simpatía. Normalmente las personas
más simpáticas sueles ser tomadas como más bondadosas, esa simpatía les hace
ser más próximas, con lo que en consecuencia nos lleva a determinar que estas
personas son bondadosas, cosa que hay veces que sí, pero hay otros muchos casos
que no sucede de tal manera. Con el mismo razonamiento, pero en el caso opuesto
encontramos aquellas que tienen un carácter más áspero y que ni muchísimo menos
son mala gente a la fuerza. Con lo que está forma de juzgar es sin lugar a
dudas inservible.
Lo que no cabe ninguna duda, es que aquellas
personas que les gusta ayudar a los demás son buenas personas… ¿pero esto es
siempre así? Pues por desgracia no, ya que para esto ser cierto totalmente esta
ayuda debe ser desinteresada y no tener un trasfondo donde buscamos el
beneficio propio, pero claro, esto no siempre es demostrable, nada otro sistema
que no nos satisface.
Bueno vayamos hacía cosas más sencillas. Son
buenas personas aquellas que intentan no molestar al otro, ah no es pera que
también hay personas falsas y las podemos confundir, y claro está, las personas
que te quieren de verdad son las que te dicen los defectos, porque quieren que
mejores aunque la verdad pueda doler.
Es fácil darnos cuenta que a no ser que no
encontremos ante maldades universales es muy complicado emitir un juicio justo
al respecto. Lo que para uno es bueno para otro quizás no lo sea tanto. Pero
quizás es que estemos equivocados en el enfoque. Esos estamos buscando la
bondad absoluta y esta no existe. Pero eso no quita a que con sus pequeñas
taras encontremos a personas buenas. Ahora la cosa está en no ser hijos
de Belcebú y estar poseídos por la maldad y no aprovecharnos de ellos.
Para acabar una nota musical: http://www.youtube.com/watch?v=yG3XrfIB8yo
El consejo para esta semana es: Confianza en
ti mismo.
Y al igual que en otras semanas invitar a
todo aquel que tenga un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo
haga saber.
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