martes, 22 de noviembre de 2016

ZAMARRA

            Está es una época idónea totalmente para disfrutar de una buena zamarra.  Una de las grandes virtudes suyas el aportar calor, por eso ahora tener una buena zamarra a mano viene que ni pintado.

            Una buena pelliza es realmente una cosa muy socorrida y con multitud de variantes, desde prenda fina enfocada a una temporada de entretiempo, a algo realmente recio con vistas a viajes a lugares nevados, sin olvidar pasar por prendas de un corte mucho más elegante y formal

            Como ya he hecho alguna vez apología de este tema, nuestras lenguas es burda y carente de sinónimos, entre eso y que utilizar términos ingleses mola mucho, no es de  la cantidad de anglicismos utilizados para referirse a las cazadoras.

            Claro uno llega con sus tres cuartos una noche de fiesta, y claro como la gente es irse de fiesta y se le va la cabeza, no es de extrañar que cuando nos queramos dar cuenta no sepamos donde lo hemos dejado. Otra caso que también es bastante común en estas lindes es que dejamos la chupa en el primer sito que pillamos y luego cuando vamos a por ella no está. Tibio disgusto que pilla uno cuando una prenda de estas desaparece, y que casualidad, que siempre se nos pierde la que más nos gusta. Eso sí, sí queréis seguir el camino recto de la sensatez no valláis a coger otra que esté por ahí. 

            Este tipo de prenda durante un tiempo ha sido muy utilizado a la hora de distinguir ciertas tribus sociales, no era lo mismo llevar una cazadora de cuero, que un abrigo hasta los pies, pero como ahora cada uno lleva lo que le sale el pijo, solo sirve para ver quien tiene gusto al vestir y quién no.
           
Conclusión: Recuerda en invierno, amarra la zamarra.

















           Abrígate los pies.
















No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes.

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