Desde siempre ha habido una confrontación entre el mal y el bien, lo que involuntariamente nos conduce a diseccionar a todo el mundo en dos partes “lo bueno y lo malo”.
A la hora de analizar susodicho aspectos hay que estar muy avispado que hay mucho malandrín que nos la quiere dar con queso y ocultar su verdadera imagen.
Cual la mítica serpiente el mal se disfraza muchas veces y ciertas veces una palabrería adecuada adornada de cierta simpatía puede llevar a un rápido veredicto, y pronunciar así a la ligera que nos encontramos ante gente de bien.
A mucho experta en mantener una sonrisa escayolada y en na que doblas la esquina sacan el machete y comienzan con el despiece. También es habitual encontrar gente de simpatía acomodada, este tipo de personas son aquellas que justo en el momento que se les necesita y su comodidad se ve afectada ya, lo que viene siendo esa simpatía ya no es la que era.
Por suerte también hay personas que parecen ser buenas y en realidad son buenas
Al igual que sucede con el caso anterior, pasa lo mismo en el caso contrario. Hay personas que a priori pueden parecer mas malas que el baladre. Sus comentarios afilados y su simpatía en cuarentena nos pueden hacer que creer que no encontramos ante un hijo de mala madre, pero cuando conoces realmente a esa persona o realmente te hace falta te das cuenta que es un trocico.
Por desgracia hay gente que parecen unos cabrones y son unos cabrones.
Antes de acabar una reflexión ¿que tipo de persona eres tu?
El consejo de la semana es: Actuá con cabeza
Al igual que las otras semanas podéis sugerir un tema parta que sea destrozado aquí.
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