martes, 17 de diciembre de 2013

FIESTA SORPRESA

Como toda fiesta, ésta suele estar envuelta por una aureola de alegría y felicidad, pero en este caso aún si cabe tiene una vuelta de tuerca más, ya que este acto cuenta con un plus de cariño.

Diversos son los motivos que nos pueden llevar a la creación o la participación en una de estas fiestas. Pero aunque todas estén basadas en la alegría, los motivos que nos llevan a ella pueden ser más o menos melancólicos , cosa que influye directamente en el devenir de ésta  y, aunque en una fiesta convencional no suele ser habitual su presencia, cuando está es en pro de una despedida, el llanto suele hacer presencia con bastante asiduidad y aunque la lágrima esté relacionada con la tristeza y lo negativo en esta ocasión, este líquido salino desprendido de nuestros ojos se encuentra envuelto con un inconfundible manto de cariño y amistad que nos hace esbozar una leve sonrisa complaciente.

Otras veces, los motivos por lo que nos vemos inmiscuidos en una fiesta sorpresa son a priori más alegres y más cercanos a lo que viene siendo una fiesta convencional. 
Los motivos que suelen guiar esta celebración suelen estar relacionados con alguna onomástica, con la celebración de algún triunfo deportivo, académico o por cosas por el estilo.

Organizar una fiesta sorpresa suele ser motivo de gran alegría. Si bien, ser el encargado en organizar algo suelen suponer un acto de responsabilidad que no todo el mundo está dispuesto asumir. Cuando la fiesta es sorpresa inmiscuirse en las tareas de organización parece tener un plus de recompensa. Ya que si se es de espíritu bondadoso y realmente dicha fiesta se hace con ganas, es fácil que la ilusión nos invada al pensar en el exitoso resultado final de nuestra sorpresa.

No estamos descubriendo la pólvora si decimos que hay ciertas personas a las que no le gustan este tipo de sorpresas. Por lo que, en parte, debemos de conocer mucho a la persona a la que se le va a hacer el acto en cuestión.
 Hay personas a las que les gusta tenerlo todo bajo control y éstas situaciones inesperadas les pone nerviosas por lo que no se sienten cómodas y no disfrutan de su fiesta como deberían.  Al principio parecen displicentes con el acto que en sí se celebra. Pero cuando el nerviosismo abandona su cuerpo agradecen igualmente la fiesta y se encuentran felices por tal acto.

Como conclusión final, decir que, al igual que sucede en muchas cosas, lo importante no es el resultado en sí, sino la intención.
 A veces, la fiesta saldrá mejor que otras, en cambio el resultado dará bastante que desear, pero lo importante es el mensaje que con ella se quiere. 
Que es, sin duda, que te has acordado de la otra persona y que te apetece irte de jarana con ella y dejarlo todo hecho un solar.


















El consejo para esta semana es : Constancia.










Quisiera dar las gracias por su colaboración a Elena Rodríguez Pérez. Y al igual que en otras semanas invitar a todo aquel que tenga un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo haga saber.

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