martes, 13 de enero de 2015

REGALOS

Cumpleaños, bodas, graduaciones, bautizos, reyes… todas estas celebraciones llevan consigo un denominador común: Obsequio, regalo, presente... el nombre es lo de menos, lo que importa es el objeto en sí. Desde que el “progreso” y la tecnología han llegado a nuestras vidas, en la medida que los regalos veían aumentada su calidad estos disminuían su esencia.
Una tablet para un niño de 8 años es un regalo que puede favorecer el desarrollo intelectual y emocional, educándolo con una visión de futuro bastante amplia, ya que desde el primer momento se le esta acercando a la tecnología, la cual marca las pautas del desarrollo social. Todo lo que tu quieras y más, pero ¿y lo cómodo que es? vas a la tienda lo compras y te despreocupas de todo.
¿Dónde han quedado esos scalextric de curvas imposibles, de construcción cercana en complicación a la construcción de un circuito de carreras de verdad?. ¿Qué fue de esas casitas de muñecas con más habitaciones que la Casa Blanca? Cuya construcción se ha llevado por delante más de una noche de sueño.
Un regalo de los que hoy en día realmente me deja patidifuso son los cheques regalo, viva la originalidad y la complicación.
Da igual que sea para un infante o alguien ya granado, hay que tener cabeza y regalar de verdad, que para regalar de broma ya están las ofertas bancarias.
El problema muchas veces es que el receptor se dedica solamente a ver la etiqueta(precio, marca…) Puta superficialidad.
Como conclusión regala más o regala menos, pero regala con el corazón.









Consejo de la semana: Las obligaciones son obligaciones.





Agradecer su colaboración a Rocío Rodríguez Pérez. Hasta el próximo martes.

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