Hay gente que le gusta más echar fotos que a los pavos la mierda. Yo veo bien que guardes recuerdos de momentos importantes, conservar el momento está bien, pero quizás lo oportuno sea vivir el momento y si nada más que haces echar fotos dejas un poco de lado vivir.
Las fotos -al igual que todo- se guían mucho por las modas. De repente un lumbrera dice “selfie” y parece que ha descubierto algo nuevo. Claro es que a la gente eso de echarse fotos ellos mismos no se le había ocurrido antes. Pero relacionado con este tema, una duda me corroe ¿quién fue el primero que al hacerse una autofoto saco los morros? El mundo del autofoto es más complejo de lo que parece, fíjate que hasta es necesario un palo para obrar correctamente, ¡¡pero pijo!!
Hay fotos de veinte mil tipos y por diferentes ocasiones pero ¿qué extraño maleficio tienen las fotos para carnés de cierta importancia que consiguen que todo el mundo salga mal? Hay que ser muy profesional en el arte de echarse fotos para conseguir salir bien en una foto de este tipo.
Volviendo al tema de retratar momentos clave de la vida, la mayoría han sido jóvenes alguna vez y como tales han hecho el ganso más de tres veces, por lo tanto si uno revisa en los cajones podrá ver un par de fotos que demuestre que el nivel de tontuna que tenía hace unos años era de campeonato, e incluso se dé a sí mismo vergüenza.
Yo nunca he sido de muchas fotos, así que todos aquellos que si son de retratarse y retratarlo todo me podían responder a una cuestión ¿Con qué frecuencia revisáis las fotos?¿Cuántas ves después del primer “boom” de esa foto, habéis vuelto a ver esa captura?
Conclusión: disfruta pijo, y si tienes que echar fotos intenta no avergonzar a tu yo del futuro.
No bebas mucho café.
Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes.
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