No sé si es obra de algún dios vengativo o simplemente que el Karma es más juguetón de la cuenta, la cosa es que con demasiada frecuencia vemos esta descompensación entre actor y destino. El ambiente donde esto surge importa más bien poco.
Puede que alguno se haya ido hacia el tema de las relaciones sentimentales, y haya puesto como escusa la típica frase, “es que a las tías le gustan los tíos malos”, a esos les invito a leer la última frase del párrafo anterior.
La cosa es que es tal circunstancia suele ser bastante frustrante. Pero cuando el destino nos toma por delante, nuestros conocidos -a menudo dotados con la inutilidad y la vaguería- están de suerte porque los mejores trabajos y las ofertas realmente interesantes, a no mucho tardar se van a cruzar en su vida.
Todos tenemos compañeros más tontos que un pie con un trabajazo, todos conocemos gandulazos a los que les ha tocado la lotería, todos sabemos de algún gilipollas más feo que el pie de otro con una tía que quita el hipo. Pero si la rueca del destino lo ha querido así... Oye que manejar el avío de hilos del destino de cada persona no es tarea fácil del todo.
No por ello estoy haciendo una invitación a la vaguería, ni incitando a nadie a meterse de todo lo bueno a ver si le da un buen calambrazo que se quede un poco pà ya. Que también la gente que trabaja mucho llega a buen puerto, lo único que digo es que es curioso como el destino ciertas veces premia a las personas posiblemente menos apropiadas.
Conclusión: Como no se puede ser el más en todo, ya nos cruzaremos con alguien que sea mejor persona que nosotros y al que le quitaremos la panocha.
Camina
Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes.
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