La originalidad se puede entrenar y puede haber
ciertas fuentes que ayudan a esta habilidad, pero lo real que esta habilidad es
innata, en parte se tiene o no se tiene.
Pero donde está la línea que diferencia una
magistral idea de una locura de campeonato, tal vez uno de los aspectos más importantes
para encontrar esta diferencia sea el nivel de ocurrencia de la persona que
realiza el juicio.
La juventud tiene una ventaja, se lo concede
mayor margen de error en sus actos, son jóvenes tienen tiempo para mejorar.
Este en parte puede favorecer que estos arriesguen con sus comportamientos. Pero
con el paso de los años él comportamiento tiende a encorsetarse y el miedo al ridículo
se hace más presente en nosotros, a ciertas edades ciertos fallos y disparates
no son bien vistos. Siempre con mesura y respeto debemos huir de los prejuicios y buscar la
tercera vía.
Como dije
anteriormente la ocurrencia en parte es una cosa intrínseca con lo que hay gente
que si no es para nada original, pues tampoco le vas a pegar una paliza. Pero
lo que quizás no sabremos nunca realmente con este grupo de personas, si no son
ocurrentes porque no se les pasa nada por la cabeza o porque están cohibidas y
tienen miedo a decir algo, no vaya a ser que se equivoquen y se rían de ellos.
La conclusión es clara, no tengas miedo a ser ocurrente, se
ocurrente.
Come sano.
No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos
vemos el próximo martes.
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