Como dice un
famoso disco, ante todo mucha calma, y es que esa una de la claves, la calma.
En el fondo
el susto es un pudo ser y no fue, la cosa que el proceso del susto, nadie sabe
que es un simulacro de algo malo.
Yo puede que
sea por un espíritu infantil aún en mi interior, pero yo soy de los sustos
provocados, dícese bromazos, no hay nada como un buen bromazo que te ponga el corazón
en un puño. En el fondo es una forma de entrenamiento más, donde la capacidad
de nuestro corazón se pone a prueba. Luego en el fondo aunque no lo creáis es
una forma de estrechar lazos de amistad, porque a mí no se me ocurre pegar un
susto a alguien que me caiga especialmente mal. Tal vez sea porque mi cristal
este sucio pero observo cómo cada vez la sociedad deja más en el en desuso las
bromas que impliquen cierta alteración emocional grave.
Claro está
que hay actos que cuando unos es joven al criar eneros en su haber, estos se
modifican de sobremanera, muchos de esos cambios se deben a lo inadecuado de
ellos a ciertas edades, otros simplemente se producen porque sí.
Lo que no
comprendo por qué ciertas personas tachan de insensato e inapropiado gastar
bromas con susto incorporado a ciertas edades, ¿por qué hay personas que se
empeñan en incorporar las mustiedad a la vida?
La vida no
piensa así y nos gasta sustos sin importar la edad, por eso para afrontarlos
bien acabare como empecé ante todo mucha calma.
Esta vez la
conclusión os la dejo a vosotros, que ya demasiado tarde voy
Cuidado con
los dulces.
Dar la
gracias a todos los lectores, no ser tontos y proponer tema, hasta la próxima semana
zanguangos.
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