lunes, 19 de mayo de 2014

SEÑOR DELEGADO DE ZONA, QUERÍA PEDIRLE UN FAVOR!!!

El pasado sábado tuve una mañana donde me gane el cielo o una paliza. Comenzó mi mañana con un wassap en el que rezaba el título de este posteado. Yo, como soy de genética altruista, le pregunté a mi compañero de clase que cual era su problema y tras cederle parte de ética, que según se comenta no se aclaraba, recibí mi ración de agradecimiento y seguí con mi solidaria o demente mañana de sábado.

Dispuestos a hacer el repoker en lo que a la ayuda se refiere, abandoné mi morada tras un largo paseo cuando consideraba que mi siguiente buena acción del día estaba al caer, me dí de bruces con la realidad, alocado de mí ¿como se me ocurre ir a ayudar a alguien que me ha pedido ayuda y no pasar a recoger al “capitán” del equipo receptor de mi ayuda? Así pues el señor en su plena sabiduría castigó mi osadía haciendo que tuviese que dar otro paseo y cambiar el lugar donde hacer mi buena acción. Ya en el punto de encuentro y no se porque razón fui reprimido mi osadía y sin dilación ya por fin pude hacer mi segunda buena obra del día. Cual parábola de Jesucristo, estas lineas muestran fielmente lo complicado y la cara oculta que tiene el altruismo. el altruismo.

Un altruismo puro se basa en ayudar a los demás sin recibir nada a cambio, un pequeño gesto o una simples gracias (cortesía básica que no siempre se da) pueden ayudar mucho. Ayudar en teoría es muy sencillo, la cosa es saber si todo el mundo merece esa ayuda. En teoría y así a primera vista parece que sí, ya que la gente que normalmente lo necesita en su respuesta se ve la satisfacción y alegría. Por otro lado nos podemos encontrar con lobos disfrazados de ovejas, apariencia de tiernos animalitos indefensos necesitados de ayuda, que en realidad son unos cabronazos que lo que buscan es sacarnos hasta la última gota sangre. ¿Cómo saber diferenciar el que exige ayuda con el que necesita ayuda? ¿Dónde está el límite entre el altruismo y el idiotismo?. Algunas veces esas repuestas las da el tiempo, otras alguien exterior y algunas otras se quedan sin respuesta. Por otro lado nos podemos encontrar con lobos disfrazados de ovejas, apariencia de tiernos animalitos indefensos necesitados de ayuda, que en realidad son unos cabronazos que lo que buscan es sacarnos hasta la ultima gota sangre. ¿Como saber diferenciar el que exige ayuda con el que necesita ayuda? ¿Donde esta el límite entre el altruismo y el idiotismo?. Algunas veces esas repuestas las da el tiempo, otras alguien exterior y algunas otras se quedan sin respuesta. Para colmo de todo ésto está esa lapidaria frase que la tradición nos dicta de todo esto esta esa lapidaria frase que la tradición nos dicta "Hazme ciento y no me hagas una y ya no me has hecho ninguna".


En un altruismo menos puro encontramos aquellas personas que hacer algo con una razón oculta en su trasfondo, intentando sacar cierto beneficio. Si bien ésta acción es menos poética y Disney no la utilizaría para hacer una película, al fin y al cabo una buena acción es una buena acción.

Como conclusión final señores, pondríamos que ayuden a los que hagan favores; sin bien póngase un límite, no hay que ser un ser que solo piensa en uno mismo pero tampoco es cuestión de ser tonto, aparte hay que dejar que otro también pueda hacer favores.








El consejo de la semana es : Ejercicio moderado pero constante.







Y al igual que en otras semanas dar las gracias a Rocio Rodríguez Pérez por su colaboración e invitar a todo aquel que tenga un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo haga saber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario