martes, 17 de junio de 2014

OJITO A LA QUE SE AVECINA

Aunque hoy no es el día más propicio para comentar el verano, el calor y los capazos de insensatez que le acompañan están a la vuelta de la esquina. Las noches pronto parecerán a no tener horario de cierre, los jóvenes más que nunca tomarán los parques y las bebidas espirituosas correrán a raudales.
Si bien como ya he comentado alguna vez, el verano nos da miles de posibilidades para disfrutar en post de la sensatez, la amplitud de horas de sol y un clima favorable juegan a nuestro favor, si a esto le unimos que en este periodo el asueto es mayor, parece que el que no disfrute ni tiene cabeza, pero claro algunos se lo toman demasiado en serio y… bueno ya creo que sabemos todos las consecuencias.
En lo concerniente al verano he hablado sobre temas como los festivales; aún recuerdo una mítica frase de ese post “No festivales insensatos, si no formas insensatas de festejar”. En esta ocasión es la piscina la encargada de recibir el análisis del gurú.
Como por todos es sabido y la geografía es severa en ese aspecto, no todos los lugares pueden contar con costa, por ende y dado que todos tienen derecho a pegarse un buen remojeteo aparecen por todos las piscinas.
No quisiera pecar de machista pero la forma de afrontar la vivencia con ella suelen ser diferente dependiendo del sexo. Las mujeres al igual que el resto de aspecto de la vida, son más de lucir, lo que viene siendo el líquido elemento es lo de menos, ya que no sería nada extraño que abandonasen tal recinto sin mojarse. Una buena tumbona y aumentar el moreno son sus pilares básicos en este aspecto.
Por otro lado el sexo masculino es más dado al baño aunque estén mitad del tiempo apoyado en el bordillo, “contemplando en el ambiente. Pero un aspecto que cuando estos van en “manada” es indispensable es “remojarse” por “dentro y por fuera”.
Un sector que no se debe olvidar, dada su importancia son los niños. Fierecillas asilvestradas que no piensan en nada bueno, provistas del don de saltar y salpicar agua huracanadamente a todo aquel que le apetecía estar seco. Con un atino ideal para soltar un berrido justo en el momento preciso cuando alguien está a punto de echar “cli”. Tan odiados pero el fondo amados, sobre todo cuando ves que es otro el que los padece. 
Para concluir este posteado y que no parezca que en la piscina nada más que se toma el sol, se bebe cerveza y se mira “el panorama” hablare de los juegos acuáticos. Yo soy de una generación bastante “imbécil” donde la mayor virtud que tenían los juegos eran el sufrimiento. La “a,e,i,o,u. Están dentro la piscina pasarse la pelota por el aire de un solo golpe al esférico, terminando con un cebollazo sobre tu amigo, cebollazo que luego iba acompañado de una sumergida en el agua cercana al ahogo. Los juegos de buceo también eran un clásico, de escasa violencia pero dada la competitividad infantil el ahogo estaba cada vez más cercano. Concluiré haciendo alusión al típico tonto que salta de mala manera haciéndose el lomo jariega en su caída y recordado aquellas personas que hacen lo mismo que cualquier zagalica de 16 años (tomar el sol y lucir) pero estos cobran, a cambio llevan un silbato una camiseta con una cruz dibujada.
Bueno señores, tenga cuidado este veranito y aparte de echar las gafas y el protector solas no se les olvide en su capaza piscinera un puñado de sensatez



El consejo de la semana es: Disfruta.







Y al igual que en otras semanas dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración
Pido encarecidamente sugerencias para escribir ya que cada semana me cuesta más sacar temas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario