Aunque hoy no es el
día más propicio para comentar el verano, el calor y los capazos de
insensatez que le acompañan están a la vuelta de la esquina. Las
noches pronto parecerán a no tener horario de cierre, los jóvenes
más que nunca tomarán
los parques y las bebidas espirituosas correrán a raudales.
Si bien como ya he
comentado alguna vez, el verano nos da miles de posibilidades para
disfrutar en post de la sensatez, la amplitud de horas de sol y un
clima favorable juegan a nuestro favor, si a esto le unimos que en
este periodo el asueto es mayor, parece que el que no disfrute ni
tiene cabeza, pero claro algunos se lo toman demasiado en serio y…
bueno ya creo que sabemos todos las consecuencias.
En lo concerniente
al verano he hablado sobre temas como los festivales; aún recuerdo
una mítica frase de ese post “No festivales insensatos, si no
formas insensatas de festejar”. En esta ocasión es la piscina la
encargada de recibir el análisis del gurú.
Como por todos es
sabido y la geografía es severa en ese aspecto, no todos los lugares
pueden contar con costa, por ende y dado que todos tienen derecho a
pegarse un buen remojeteo aparecen por todos las piscinas.
No quisiera pecar de
machista pero la forma de afrontar la vivencia con ella suelen ser
diferente dependiendo del sexo. Las mujeres al igual que el resto de
aspecto de la vida, son más de lucir, lo que viene siendo el líquido
elemento es lo de menos, ya que no sería nada extraño que
abandonasen tal recinto sin mojarse. Una buena tumbona y aumentar el
moreno son sus pilares básicos en este aspecto.
Por otro lado el
sexo masculino es más dado al baño aunque estén mitad del tiempo
apoyado en el bordillo, “contemplando en el ambiente. Pero un
aspecto que cuando estos van en “manada” es indispensable es
“remojarse” por “dentro y por fuera”.
Un sector que no se
debe olvidar, dada su importancia son los niños. Fierecillas
asilvestradas que no piensan en nada bueno, provistas del don de
saltar y salpicar agua huracanadamente a todo aquel que le apetecía
estar seco. Con un atino ideal para soltar un berrido justo en el
momento preciso cuando alguien está a punto de echar “cli”. Tan
odiados pero el fondo amados, sobre todo cuando ves que es otro el
que los padece.
Para concluir este
posteado y que no parezca que en la piscina nada más que se toma el
sol, se bebe cerveza y se mira “el panorama” hablare de los
juegos acuáticos. Yo soy de una generación bastante “imbécil”
donde la mayor virtud que tenían los juegos eran el sufrimiento. La
“a,e,i,o,u. Están
dentro la piscina pasarse la pelota por el aire de un solo golpe al
esférico, terminando con un cebollazo sobre tu amigo, cebollazo que
luego iba acompañado de una sumergida en el agua cercana al ahogo.
Los juegos de buceo también eran un clásico, de
escasa violencia pero dada la competitividad infantil el ahogo estaba
cada vez más cercano. Concluiré haciendo alusión al típico tonto
que salta de mala manera haciéndose el lomo jariega en su caída y
recordado aquellas personas que hacen lo mismo que cualquier zagalica
de 16 años (tomar el sol y lucir) pero estos cobran, a cambio llevan
un silbato una camiseta con una cruz dibujada.
Bueno señores,
tenga cuidado este veranito y aparte de echar las gafas y el
protector solas no se les olvide en su capaza piscinera un puñado de
sensatez
El consejo de la
semana es: Disfruta.
Y al igual que en
otras semanas dar las gracias a Rocío
Rodríguez Pérez por su colaboración
Pido encarecidamente
sugerencias para escribir ya que cada semana me cuesta más sacar
temas.
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