Muchos
expertos en sociología dicen que nuestro
afán por salir se
debe al clima en que vivimos, otros se decantan por una razón más
genética, la cosa es que sea como fuere “nos gusta salir más que
a los pavos la mierda”. Siempre estamos por ahí:
merenderos,
terrazas de bares y demás, suelen estar a rebosar en cuanto unos
suaves rayos
de sol acarician la calle. Éste
es un hecho que aporta gran alegría a nuestras vidas, y salir a
pasar un buen rato, es el mejor antidepresivo que existe.
Como
con
todo,
la moderación ha de estar presente y no debemos de ser “unas
cabras locas” y salir siempre por ahí cual alma que lleva
el diablo, sin importarnos nada, ya que ésta
no es la actitud más sensata, hay que tener siempre en cuenta
nuestras responsabilidades. Por otro lado es importante destacar
nuestras aficiones y formas habituales de esparcimiento.
Aunque
ultimamente
la afición por el deporte parece que ha crecido y cuando vamos a
pasear
cada vez es más común encontrarnos con gente practicando deporte,
lo cierto es
que
donde nos movemos con facilidad, cuando al esparcimiento se requiere,
es en
torno
a las bebidas espirituosas.
En
las épocas de tierna juventud para tener un acercamiento al alcohol
se buscan o se provocan una serie de condiciones,
no
está bien visto ver a un
zangalitron
beber así como así, por lo que:
cumpleaños, fiestas fin de curso … se convierten en la argucia
perfecta. Con los años las cosas van cambiando, y pese a que no nos
guste estar todo el día “amorrados a la botella”, un calichazo
de cuando en vezen
cuando
si nos gusta meternos. Y pese a que nuestra edad nos debería de
conferir cierto liderazgo para obrar sin poner grandes excusas,
siempre buscamos justificarnos ante los demás. Y así pues al igual
que si fuésemos adolescentes
buscamos una razón para salir. Los más recurridos en este aspecto
suelen ser los acontecimientos deportivos, muchas veces la afición
al “deporte rey” enmascará la ganas de salir y “tomar un
algo”. Cierto es que esto no siempre sucede así aunque “tengamos
pelicos” para tomar una cerveza.
Pero
claro está, no por tomar “unas frescas” estamos andando por el
campo vetado para la insensatez, pues solo faltaba eso. Aunque si se
nos va la cabeza y lo convertimos en una obsesión si que es cierto
que la insensatez será nuestra compañera de viaje.
Para
concluir comentar que hay que salir, por aprovechar ahora que viene
el buen tiempo, da igual la excusa, no importa si es para ver un
partido del mundial o para celebrar un cumpleaños, que la sensatez
nos acompañe y Campe Diem
El
consejo de la semana es : Reduce tu orgullo injustificado.
Y al igual que en
otras semanas dar las gracias a Rocío
Rodríguez Pérez por su colaboración
Pido encarecidamente
sugerencias para escribir ya que cada semana me cuesta más sacar
temas.
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