Si
te pones a analizar y sacar una lista de los últimos inventos apostaría
que el tema a tratar hoy no está entre los últimos y revolucionarios
hallazgos, aunque no por ello es una cosa sin importancia, ya que pocas
cosa nos pueden dar más información.
El
saludo dice mucho de la persona y su relación con el receptor del
saludo: el tono, la forma de la realización de éste… arrojan mucha luz
sobre el tema. Por ejemplo, si vislumbramos a unas personas que se
saludan con un abrazo, podemos dilucidar de un modo sencillo que hay
cierto cariño entre esas personas (aunque claro, siempre están esas
personas de gran falsedad que nos fastidian la teoría) la forma en la
que da el abrazo y la tranquilidad que emite es un dato susceptible de
ser analizado. Por otro lado, un beso en el que los huesos de la mejilla
con las dos caras totalmente horizontales y gran sonoridad de labios,
demuestra una singular prepotencia atildada.
Aparte
de las formas, el saludo es muy importante ya que podemos deducir el
grado de educación de la personas y no solo por el tono y las formas si
no por la existencia o ausencia de saludo. Normalmente los cánones en
este aspecto suelen indicar que las personas con cierto grado de
educación son de usar el saludo, pero claro un ser omnipotente y
poderoso no se va dignar de saludar a cualquiera, pues ni que
estuviésemos locos. Los que tenemos clase de verdad, da igual donde
vayamos no necesitamos saludar a nadie, son ellos los que si están
educados se levantaran de sus aposentos y me dedicaran una sonora
ovación, “ menos, menos moños”. Se puede
entender que haya un odio o resquemor intrínseco entre ciertas personas,
que no se quieran ver y por tanto se nieguen el saludo, pero hacer un
recorte al dar la mano o otras artimañas similares no son muy de la
sensatez,con coincidir lo menos posible es suficiente (no estoy hablando
de cada vez que veas a la persona persona odiada salgas corriendo).
No
quisiera acabar sin mencionar a personas en este apartado que llevan a
cuestas gran insensatez, los “saludadores intermitentes”, ahora me caes
bien y te saludo , ahora estoy con mis amigos y no te saludo...
Como conclusión sean educados.
Consejo de la semana: Ríete una miaja.
Agradecer su colaboración a Rocío Rodríguez Pérez. Hasta el próximo martes (¿Habéis visto que educado que me despido y todo?)
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