Vamos
siempre con la lengua fuera de un lado a otro locos perdidos haciendo
catorce cosas a la vez que claro, ya lo dice el refrán el que mucho
abarca poco aprieta. Y claro es lógico que alguna que otra cosa nos
la dejemos colgando, suerte tenemos que la cabeza no es un apéndice
independiente de nuestro cuerpo.
Este despiste de
la sociedad actual y de algunas personas en concreto pone una nota
edulcorada a nuestras vidas, despertando una sonrisa al ver el atajo
de disparates que estas cabezas ligeras comenten o padecen en sus
carnes. Por que seamos sinceros todos tenemos una o varias personas
de estas en nuestra vida, y lo cierto y verdad es que dan mucho
juego,
El que me lee y conoce sabe
que soy muy del tema de costumbres, y hay algunas que se han perdido
y es para bien por que si no muchos por no estar lo que se dice
centrados del todo, ya los habrían crucificado en la plaza del
pueblo.
Vale que el
despiste es una cosa natural e intrínseca, pero también hay que
poner de nuestra parte alma cántaro, que no podemos siempre ir con
el escudo del despiste levantado. Que creo que todos los aquí
presentes estamos ya granados, y si hay que darle una vuelta de
tuerca más a nuestra intensidad de atención se le da.
Como conclusión,
señores un poquito de eso, de … que un despiste lo tiene
cualquiera, pero eso si uno, no un capazo.
Consejo de la
semana: Conversa, de verdad.
Agradecer su colaboración a Rocío Rodríguez Pérez. Hasta el próximo martes
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