El burgo creerá que tender es una cosa trivial, pero nada más lejos de la
realidad, tender bien es un verdadero arte que requiere de tiempo, no quieras
ir a lo loco colocando las prendas de cualquier manera pretendiendo que
el resultado sea óptimo.
Tender la ropa tiene grandes virtudes una
de ellas es que socializas con tus vecinos, o eso o te quedas sin la camiseta
que se te ha caído al patio de luces; aprendes a observar con más detenimiento
nubes, porque una nube con mala idea puede hacer que tengas que retrasar la
hora de tender la ropa o que tengas que colocarla de mala manera por la casa,
porque te a saber tú el tendedero que te regalaron donde está guardado.
Aquel que cogió un cordel lo ató a un
árbol a cierta altura y lo lanzó de forma horizontal al suelo, atando la otra
punta de éste en otro árbol, y ni corto ni perezoso alzo su pelliza en lo alto
de éste, no se podía imaginar que su pequeño gesto iba a tener la repercusión
que tendría.
Nadie se suele parar en los pequeños
detalles de la vida, y cosas del día -apenas insignificantes- tienen una
importancia enorme, tender la ropa y tener un lugar habilitado para ellos es
vital, de eso te das cuenta cuando viajas y ves ropa tendida en cualquier
ventanuco.
Habrá quien trasmita su rechazo a la
belleza de un tendero y de tender la ropa, comentar que existen secadoras. Yo
sin lugar a dudas apuesto por tender la ropa y que ésta se seque al sol, nada
de secadoras, un buen cordel con su par de pinzas sí que alegra el alma, aunque
en contadas ocasiones considero adecuado la secadora.
Conclusión tiende bien
estirando la ropa, que si es de buen género y has utilizado un lavado adecuado
lo mismo te ahorras el planchar.
Limpia los zapatos.
Dar las gracias a Rocío
Rodríguez Pérez o. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos
vemos el próximo martes.
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