miércoles, 12 de octubre de 2016

A FUEGO LENTO

Desde que ya no se cocinan cocidos en un fuego de leña con una olla de un metro de onda y deja eso un día entero, desde ese mismo momento hemos perdido rumbo.

Somos muy de querer las cosas y quererlas ya, el tener que ir al médico o al banco y tener que esperar es algo totalmente intolerable, eso sí, cuando nos atienden que se tomen su tiempo.

En el fondo, la sociedad nos ha convertido en microondas, seres sin corazón que dan un resultado pasable en el menor tiempo posible.

El mítico dios griego Cronos nos persigue infatigablemente, y él junto a la costumbre nos establecen unos tiempos vitales. Un tiempo para estudiar, para casarse, para tener hijos, etcétera. En caso de querer ir en su contra…

El gofrero que va a mi localidad para sus fiestas patronales es un ejemplo de saber hacer. Él es un profesional de la materia y sabe que para sacar un producto diez necesita tomarse su tiempo, y le da igual que haya colas de espera de más de una hora, él no va a cambiar su ritmo porque de hacerlo podríamos dar lugar a perder calidad y eso nunca. 

Cada persona necesita su tiempo, vale que hay ciertos parámetros que si se sobrepasan entramos en el terreno del cachondeo y la falta de respeto.

No se puede ir arrebatado por la vida, hasta los formula 1 dan una vuelta de calentamiento a la pista. 

Las cosas con tranquilidad y amor salen mejor.











No te metas en la boca lo primero que encuentres en la calle.










Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración. Por otro lado quiero dar las gracias a la par que pedir perdón a Joaquín Alonso López-Bermejo por no incluirlo en los agradecimientos del post de bidé, del cual fue él quien propuso el tema. No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes.

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