Si
uno se acostumbra a ciertas cosas, intrínsecamente esas cosas pierden valor, en
el resto de Europa la fruta es súper valorada, convirtiéndose muchas veces en
un lujo poder consumirla, la fortuna ha querido que en España la situación sea
diferente, por eso aquí aunque no queramos reconocerlo la fruta está
infravalorada, por si acaso dudáis de mi apreciación fijarse en la carta de
postres de cualquier menú servido en un bar convencional y anotar cuales son
los productos más consumidos por los clientes.
Mientras
estoy escribiendo este post llevo puesta una manga corta y pese a que me guste
la temperatura que hace, echo de menos esas épocas donde la vida tenían tonos cromáticos
más acentuados, si uno se rige por nuestras costumbre apenas puede dirimir en
que época del año se encuentra.
Hay
de todo y durante todo el año, pero apetecer no apetece igual. No apetece igual
irse a una terraza en varano a las 9 de la tarde que aún está el sol fuera y la
temperatura es esplendida que hacer eso en pleno diciembre. Pues con la fruta
pasa igual. Pero cuando no es lo mismo no es lo mismo.
Solo
durante poco tiempo y productos muy concretos pero la fruta se resiste a esta
nueva moda de no haber estaciones en todo año. Y si no que se lo digan a la
fruta de verano por ejemplo, pero fruta verano propiamente peninsular no
modernuras como la piña. ¿Cuándo hace que no disfrutáis de una buena sandia? Y
es que puede haber esos productos pero para comer cartón mejor no comer nada.
La fruta verano no solo refresca lo que no está escrito si no que también es
muy dada a utilizar para la elaboración de distintos cocktail que tanto gustan
a la juventud en los días de verano. Pero no padecer que en menos y na estamos
en el verano.
Pero sea verano o no comer fruta.
Calma
No sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos
vemos el próximo viernes. Si alguien lo considera oportuno y se siente con
fuerzas, sepa que el puesto de corrector ortográfico está libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario