martes, 28 de abril de 2015

DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO

Ciertas veces, las circunstancias nos envuelven de tal manera que nos engorilamos sobre manera, expulsado por nuestra boca una sartá de vehementes improperios sin fundamento. Es lo que tiene el engorilamiento, que nos pone muchas veces una capa de prepotencia y perdemos noción de la realidad
En la vida uno no tiene que estar de acuerdo con todo, y ser un “manta mojá” sin opinión alguna, pero debemos andar con pies de plomo ya que no se sabe la vida las vueltas que puede dar.
En el mundo hay más personas así que aunque pienses que nadie te ve, algún que otro ojo está grabando tus actos.
Aunque montados en burra y vestidos con harapos vayamos, nos creemos caballeros de bravo corcel y reluciente armadura y por ello no debemos explicación, ni muchísimo menos arrepentimiento al pueblo llano.
Ya lo decía el  refrán, no digas nunca "de esa agua no beberé".
Si no pasa nada, nadie es perfecto, ni tan siquiera yo. Por ello señores míos no pasa nada si se comete un error, simplemente hay que saber reconocer lo fallos. Pero claro, el tema de reconocer errores en una sociedad tan competitiva e insolidaria como la nuestra es prácticamente una utopía.
Por ello es pido cautela en vuestras acciones y declaraciones, que luego el bumerang se vuelve de repente, dándonos un trompazo en los morros que nos deja cara tontos y un rostro perplejo a los expectantes.
Así pues el resumen es sencillo: se comedido en tus actos y palabras no vaya a ser tengas que tragártelas.






Consejo de la semana: Escucha





Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por su colaboración .Nos vemos el próximo martes.

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