No todos somos
Uri Geller y somos capaces de doblar cucharas con la mente, alguno posee
poderes que le hacen curar solo con tocar a las personas y contados son los que
son capaces de prever el futuro, pero aunque no lo creas todos tenemos un poder
mayor. Un simple gesto puede ser crucial para determinar el futuro de muchas
personas, por eso muchas veces tenemos que ser cautos con nuestros actos y no
actuar a lo loco cual una cabra en un garaje.
Vale que mandar
a todo el mundo a la mierda es lo más sencillo, no seré yo el que te diga lo
contrario, pero por otro lado también es lo más insensato, por eso muchas veces
unos buenos zapatos de plomo no hacen ningún daño.
Es muy fácil
alegrar la vida al resto, hay pequeños gestos que en determinados momentos
pueden ser decisorios y definitivos. Alguna vez he hablado de la donación, y
aunque sea volver por terreno ya andando es realmente cierto un pequeño gesto
que hasta es beneficioso para nosotros puede salvar vidas, excluyéndome a mí,
pocas cosas hay más sensatas que eso.
Otra vez un
pequeño y sencillo gesto nos relaja el alma y alegra el corazón, esos días en
los que parece que nos ha mirado un tuerto, en los que ni nuestro nombre somos
capaces de poner bien, justo cuando nuestro cabreo interior nos araña cual gato
enfurecido, el ir a comprar algo y que nos atienda con dulce simpatía calmada,
supone un antes y un después en nuestro día.
Así que como
diría Riki López un poco de “Buenrrollitina” y pensar que como en el efecto
dominó, un pequeño gesto puede cambiarlo todo.
Come fruta
Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez
por su colaboración. No sed tontos y proponed algún tema vosotros
también. Nos vemos el próximo martes..
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