Yo puede que sea un pelín estrambótico no lo voy a negar, soy de esas personas
que de vez en cuando le gusta saber algo de sus amigos. Lo sé, hay cosas muy
raras pero solo por eso no merezco que os riáis de mí.
El otro día manteniendo una conversación
con un colega, le pregunté por un tercero al que tenemos como amigo en común,
su respuesta fue muy divertida: “Tiene el ordenador bien”; ¿Cómo? Pregunte
extrañado ¿Cómo?; sí, que como solo me llama cuando se le rompen el ordenador y
hace mucho que no me llama supongo que tiene el ordenador bien.
Parece que no, pero un wasap de un tío
surfeando y un ¿Cómo va todo?, suelen favorecer la no pérdida de contacto.
Saber mucho de todos y tener una agenda
grande de contactos es una verdadera maravilla, raro es el día que no aparece
alguien con “una tripa rota”, y si no lo soluciono a la primera con medio
telefonazo lo dejo todo arreglado en un periquete.
Tener un concomiendo rico y variado es
bueno, nunca sabe uno si en una noche de farra va tener que hablar sobre gato
de Schrödinger o sobre seguridad en los invernaderos de pimientos, cosas como
estas te ayudan a sociabilizarte de mala manera, lo que yo no tengo tan claro
es que saber cosas conserve amigos.
Como conclusión: Algún “licenciado”
pensará que estoy diciendo que los amigos no te pueden pedir un favor o que le
saques de un problema, pero cuando solo ves a una persona de problema en
problema, lo mismo... o lo mismo no... pero lo mismo hay que formularse alguna
pregunta.
Mantén limpia la
habitación.
Dar las gracias a Rocío
Rodríguez Pérez por la corrección. No sed tontos y proponed algún tema vosotros
también. Nos vemos el próximo martes
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