Si algún lector novato tiene la idea de que este post, va a
ser un postulado sobre los diferentes tejidos de la ropa interior y la
consecuencia que tiene en nuestro cuerpo una mala confección, decirle que se
equivoca. Si quiere puede dejar de leer antes de pillar disgustos, no
quisiera yo que tomaseis pesambres por mi culpa.
La chavaleria y a veces gente ya granada con pelos en partes
pudientes, suelen adolecer de incomodidad permanente, yo no quisiera decir como
solucionaba todo esto, ya que más de uno se puede echar las manos a la cabeza,
me limitaré a decir que aquí hay mucha tontería.
No sé si lo sabéis pero el monte es una superficie súper rica
y súper lista. Nada, que tú te das una miaja paseo y …¡¡¡zasca un
coche!!!, que andas un poco más…¡¡¡ enga un piso!!!, y claro con un medio
natural tan sabio no es menester doblar el lomo para nada.
Los disgustos vienen cuando tenemos que abandonar nuestro
confort y enfrentar desgracias máximas como no poder ir a comprar el pan en
coche, y tener que andar 500m se convierten en un suplicio, y ya no te digo
nada como vengas del chino con una bolsa de patatas fritas y un litro y se
encuentre el ascensor averiado, ahí nos vemos cerca de declarar el estado de
alarma, el teléfono rojo de la casa blanca estará que suena de un momento a
otro.
La cosa es bastante sencilla: la sociedad está llena de
huevones y de setonas que en el momento que hacen una miaja de algo les duele
toda el alma, y es que como dice mi señora madre:” Culo qué no está hecho a
bragas, la costura le hace llagas”.
.
Como conclusión moverse una miaja, que si no te lo dan todo
hecho y si haces algo no pasa nada, ni te va a salir caparazón ni nada, me
atrevo a decir que es hasta bueno.
Respira aire puro
Dar las gracias a Rocío Rodríguez Pérez por la corrección. No
sed tontos y proponed algún tema vosotros también. Nos vemos el próximo martes
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