martes, 1 de abril de 2014

UN SOLAR

Como mola salir de fiesta, estar de parranda con los colegas es de lo mejor que hay. 
Cuando uno está en esas situaciones se siente en la gloria, se cree capitán del mundo sin miedo a nada y cree que todo lo puede. 
Pero hay que tener actitud y hacer las cosas de verdad, hay que esforzarse, por que para dejar las cosas a medías más vale no ponerse. 
Una verdadera noche de fiesta ha de acabar con vacíos en la memoria, lo cual, sin lugar a dudas, es una muestra de que la noche anterior ha sido magnifica. 
El encontrarnos en nuestro cuerpo restos de algo desconocido, en el fondo nos alegra el alma, no hay que tener miedo a nada, nos tienen que tener miedo a nosotros.

Salir de fiesta es una cosa que sólo cuando es algo con extremada cautela está bien. Ya que nos da la posibilidad de encontrarnos con nuestros amigos. 
Pero debemos tener gran cautela, es preferible tener una noche aburrida, a consumir la mínima cantidad de alcohol, ya que se empieza con una cerveza y un cigarro y se acaba en la cárcel.

Salir de fiesta debe ser sinónimo de desfase, no debemos poner límites a nuestras actuaciones si deseamos algo lo hacemos y ya esta. Lo que puedan decir o pensar los otros nos tienen que dar igual. Cuando abramos el ojo por la mañana, tenemos que tener la sensación de que no hemos dejado ninguna bala en el cargador.

La juventud de hoy en día da asco, lo único que saben es beber como grajos y eso es realmente triste, están echando su vida a perder y pronto se verán todos inmersos en el mundo de la droga y  la perdición.

Estoy hasta los mismísimos de aquellas personas que se ríen de mí y al día siguiente, ellos son unos perdedores y no saben disfrutar de la vida. ¿Qué tiene de malo que me meta un par de rayas y me tome una botella de whisky?

Estos delincuentes de la moral y de lo correcto merecen nuestro más profundo rechazo, la marginación es lo único que se han ganado, una vida de depravación y malos vicios cada vez más difundida y en la sociedad.
Dicho descontrol muchas veces aceptado por sus padres, los cuáles no se dan cuenta la cantidad de estiércol que están vertiendo a este nuestro mundo.

Mi conclusión final es que cuando se sale de fiesta hay que dejarlo todo hecho un solar, tener sexo con quien sea y si hay que drogarse uno se droga. La vida son cuatro días y demasiado mal estamos cuando no salimos de fiesta.

Para finalizar,  quisiera decir que debemos tener una mano de hierro y ser inflexibles con aquellas personas cuya educación depende de nosotros.
 Por otro lado, el gobierno debería actuar fuertemente, ya que prácticamente todos los jóvenes son unos drogadictos y unos delincuentes.
Salir de fiesta sí, pero con extrema cautela.

NI TANTO NI TAN CALVO, EN LA MESURA ESTÁ LA SENSATEZ.




































El consejo para esta semana es : No quieras ver donde no hay.














Y al igual que en otras semanas dar las gracias a Elena Rodríguez Pérez por su colaboración e invitar a todo aquel que tenga un tema en mente y quiera que se destroce aquí, que me lo haga saber.

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